Condensación de agua en las viviendas:
Las condensaciones son un desagradable efecto que se da en ocasiones en el interior de las ventanas. Estas condensaciones de agua dependen de diversos factores, como son: temperatura exterior, temperatura interior, humedad relativa interior y por supuesto de los materiales empleados en la ventana.
La condensación se produce porque para cada temperatura, el aire acepta una cantidad determinada de agua (gr/m3). Cuando se rebasa esta capacidad, el aire empieza a soltar agua como lo haría una esponja, es decir, aparece la condensación, con la peculiaridad de que empezará a soltar agua por aquellos elementos que encuentre más fríos, o lo que es lo mismo, en aquellos con un coeficiente U más elevado.
La humedad relativa del aire es la relación entre la cantidad de agua que tiene el aire a una temperatura determinada y la máxima que acepta a esa misma temperatura. Cuando la humedad relativa es del 100% éste es el punto de rocío y aparece la condensación. Cuanto mayor es la temperatura del aire, mayor cantidad de agua es capaz de retener. Es decir, la probabilidad de que aparezca condensación es mayor cuanto mayor sea la humedad en el ambiente y menor sea la temperatura interior.
Por eso la condensación aparece cuando:
1.- Aumentamos la humedad del ambiente
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2.- Desciende la temperatura interior
Estas variaciones de humedad y temperatura son determinantes para que aparezca o no la condensación, y ésta aparecerá en aquellos elementos más fríos (elementos con un valor U más elevado). |
¿Qué hacer para evitar las condensaciones?
Para evitar la condensación es importante tener en cuenta estos tres consejos:
Ventilar para mantener la humedad relativa alrededor del 60%. Para ello es aconsejable ventilar las habitaciones por la mañana de 10 a 20 minutos.
Mantener una temperatura ambiente superior a 18ºC.
Adquirir ventanas muy aislantes con el mínimo coeficiente de conductancia térmica (U).
Ésto por dos motivos: primero porque la condensación siempre aparecerá primero en aquellos materiales menos aislantes, y segundo porque la pérdida energética entre la ventana y el exterior se reduce, y como sabemos, a mayor temperatura, mayor es la capacidad del aire para retener agua, por lo que será más difícil que se produzcan condensaciones.
Como puede observar en la tabla, en los materiales con un pésimo comportamiento aislante, como es el caso de aluminio sin rotura de puente térmico, es donde primero va a aparecer la condensación. En cambio, cuando se trata de carpinterías de PVC, la condensación va a ser muy difícil que se produzca.